
La que con mucha probabilidad es la más tradicionalista de las marcas japonesas especializadas en audio de excepción a precios democráticos, la veterana Rotel, nos acaba de sorprender gratamente con un tipo de producto que en los últimos años está siendo muy demandado por muchos aficionados y que, sin embargo, nunca había figurado en su catálogo: un amplificador de auriculares con DAC incorporado.
Se llama DX-3 y destaca de inmediato por sus compactas dimensiones y lo agraciado de un diseño industrial que, en buena parte, rompe con las líneas “cuadriculadas” habituales en no pocas realizaciones de la compañía asiática. Fiel reflejo de la filosofía de Rotel, cuyos preceptos se engloban en el célebre “Concepto de Diseño Equilibrado”, está concebido para que el grueso de los recursos invertidos en su puesta a punto se concentra en lo que verdaderamente importa, léase en aquello susceptible de beneficiar al sonido final.
En paralelo, su condición de amplificador, sin ninguna duda la categoría con la que la firma nipona se siente más cómoda debido a su dominio de la tecnología que hay detrás, garantiza unas prestaciones sobresalientes en materia de musicalidad, todo ello manteniendo controlado el crítico factor precio. Es, en definitiva, el DX-3 una electrónica que nos ha cautivado y que, en nuestra opinión, cautivará a melómanos y audiófilos de nuevo y de viejo cuño. Expresado en otras palabras, podría decirse que se trata de una propuesta que el mercado simple y llanamente necesitaba para redefinir la escucha de música en la intimidad.
Amplificadores de auriculares: una versión a escala de sus homólogos tradicionales
Hemos hablado en no pocas ocasiones sobre la similitud conceptual existente entre los auriculares y las cajas acústicas. Si nos trasladamos al terreno de lo formal, de lo práctico, puede llegarse a la conclusión de que los primeros son una versión sustancialmente reducida, a escala, de las segundas. Y esto es así tanto en transductores, léase los dispositivos que se encargan de generar el sonido, y en la distancia de escucha, que pasa de ser varios metros a unos pocos centímetros (prácticamente ninguno en el caso de los modelos intraaulares, por cuanto se colocan directamente en el canal auditivo).
Sin embargo, la precisión tonal y la dinámica son exactamente las mismas, mientras que la espacialidad puede modularse jugando con la disposición de los antes citados transductores hasta el punto de lograr un campo sonoro perfectamente asimilable a la escena sonora creada por las dos cajas acústicas de un equipo estereofónico en una sala de escucha. En virtud de lo dicho, ¿qué hay que pedirle a un buen amplificador de auriculares (recuerden que la excepción son los modelos electrostáticos, puesto que requieren “sí o sí” una electrónica dedicada para poder funcionar)?
Pues básicamente lo mismo que a uno convencional: potencia en abundancia para obtener presiones sonoras elevadas sin distorsión, manteniendo el equilibrio de la curva tonal, y corriente suficiente para lidiar con los modelos particularmente difíciles, que en el universo concreto de la escucha en la intimidad son aquellos cuya impedancia es superior a 150 ohmios. A ello habrá que añadir una conectividad generosa para la conexión de auriculares y de fuentes externas (un streamer, por ejemplo), y, si es posible, una sección DAC para las de tipo digital.
DX-3: una verdadera preciosidad, casi un “salto cuántico” en Rotel
Una estética deliciosa, con acabados en consonancia, a la que resulta difícil sustraerse constituye la carta de presentación del primer amplificador de auriculares (y además con DAC) creado por Rotel en sus 64 años de existencia. Una máquina magníficamente dotada gracias a la combinación de uno de los sofisticados “chips” de conversión D/A Sabre de ESS Technology y una electrónica de amplificación premium presentada en un chasis elegante y compacto. Gracias a ello, las grabaciones más delicadas son transcritas con una precisión y una calidez extremas a partir de un amplio abanico de fuentes de audio vía entradas PCB-USB (32 bits/384 kHz y soporte para DSD256), coaxial/óptica (24 bits/192 kHz), inalámbrica Bluetooth (aptX HD) y analógica (RCA).
En el corazón del DX-3, un DAC de 8 canales Sabre ES9028PRO se encarga de realizar una conversión de digital a analógico excepcionalmente fiel, con lo último en resolución, en el contexto de una escena sonora poderosamente inmersiva. En paralelo, el amplificador de auriculares interno es alimentado por un transformador toroidal blindado de fabricación propia acompañado por dispositivos de salida de alta corriente para ofrecer una dinámica sensacional con una distorsión extremadamente baja (menos del 0’004%) y una generosa salida (máxima de 765 mW en no balanceado y de 2’8 W en balanceado, en ambos casos con cargas de 16 ohmios).
Niveles de ganancia Alto (“High”), Medio (“Medium”) y Bajo (“Low”) para los auriculares seleccionables por el usuario aseguran la plena compatibilidad con modelos de impedancia baja y alta a través de cómodos conectores balanceados de 4’4 mm y no balanceados de 6’35 mm dispuestos en el panel frontal. En cuanto a la atenuación del volumen, se gobierna mediante un dispositivo analógico NJW1195A de grado audiófilo por pasos precisos de tan sólo 0’5 dB. El DX-3 también es un DAC independiente y un preamplificador de pleno derecho a través de sus salidas balanceadas XLR y no balanceadas con RCA, ampliándose de así la flexibilidad de instalación al poderse gestionar directamente amplificadores externos, cajas acústicas activas e incluso alimentar un sistema de audio ya existente.
Una pantalla frontal en color suministra la información necesaria y simplifica con facilidad una opulenta dotación de opciones de configuración. El mando a distancia de aluminio extrusionado suministrado de serie pone la operatividad del Rotel en manos de su propietario, facilitándole el acceso a los diferentes ajustes en su uso diario. Ya sea en su condición de amplificador de auriculares de altas prestaciones, de preamplificador tradicional o de procesador digital de audio (DAC), el DX-3, que además está homologado Roon Tested, redefine el espacio del audio personal con unas prestaciones, unas especificaciones y una relación prestaciones/precio únicas.
Poderío Rotel para brillar en equilibrio tonal, dinámica y transparencia
Probamos el DX-3 en compañía de unos auriculares con tecnología “planar” LCD-3 de la estadounidense Audeze, siendo la fuente un streamer HiFi ROSE RS250A. Y, sí, ya que le va en ello la reputación, el Rotel está a la altura de nuestras expectativas por la fuerza que inyecta en las composiciones musicales que se le ponen por delante.
De hecho, el empuje, la sensación de “ir sobrado” de músculo, que imprime al sonido, nos recuerda al de sus mejores amplificadores, modelos Michi incluidos, preservando, sin alterarlos, los infinitos matices/gradaciones tonales y espaciales que unos auriculares tan ricos al respecto como los escogidos para esta prueba son capaces de dar. En cuanto a la sección DAC, es lo suficientemente competente para que el uso del DX-3 para, por ejemplo, restituir contenidos desde un ordenador multiplique el carácter humano de los mismos. En suma, un componente High End sin paliativos, amén de precioso en lo visual, que invita a los puristas del sonido a redescubrir sus auriculares.